domingo, 7 de mayo de 2017

Castillos de cristal

Los corazones puros atraen a aquellos de almas corrompidas. Páginas en blanco, dulce inocencia que no conoce el dolor de un corazón hecho pedazos. Tentación ciega, fúnebre, de los heridos por el dardo envenenado del destino. Ellos suplen el vacío de su sino con el esmero por derrocar los castillos de cristal de las flores ingenuas. Tras la máscara de hiedra, de sonrisas calculadas y miradas traviesas, se oculta un afán perdido y nauseabundo por manchar de tinta un pedazo de papel. Y así un día desaparecer y destruir las nubes de iridiscencia que perfuman la pureza de las náyades.